Policías armados y colonos israelíes volvieron a asaltar la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén este miércoles, mientras unos 20.000 fieles palestinos seguían celebrando la oración nocturna, y los atacaron con granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y balas de goma, informan medios locales.
De acuerdo con la agencia WAFA, policías fuertemente armados agredieron brutalmente a civiles palestinos, incluido niños, golpeándolos con porras y atacándolos con balas de acero recubiertas de goma para expulsarlos por la fuerza de la mezquita.
La Media Luna Roja Palestina confirmó que fueron registrados varios casos de asfixia por la acumulación de gases lacrimógenos.