Primarias atravesadas por la fragmentación y la crisis de las representaciones políticas
Los votantes del candidato dolarizador enuncian una crisis de representación basada en profundos cambios estructurales y en la ausencia de soluciones para los problemas que dichas mutaciones generan. A eso se le suma una desnaturalización del debate político producido por la proscripción y el intento de asesinato de una de las referentes centrales del sistema político, Cristina Fernández de Kirchner.
El tercio de los votantes de las PASO no se convirtió en fascista de la noche a la mañana. Expuso su desconcierto, hartazgo y desencanto con el restringido herramental ciudadano y político con el que cuenta, influenciado por las fake news y los algoritmos de la confusión mediática.
Grandes colectivos de nuestra sociedad, además, se encuentran disociados y ajenos a debates que evalúan como inentendibles y lejanos de su quehacer cotidiano.
Los escenarios para las elecciones generales de octubre sugieren esquemas atravesados por estas cuatro dimensiones: los tres tercios limitarán la posibilidad de un triunfo en primera vuelta para los tres candidatos, y las posibilidades de segunda vuelta ubican en mejor lugar a Javier Milei y a Sergio Massa que a Patricia Bullrich. Esta última tiene menos posibilidad de ocupar lugares hacia el centro del espectro político, so pena de perder en su flanco derecho aquello que conquistó en las PASO.
Una potencial segunda vuelta entre el candidato de la Libertad Avanza y el frente liderado por el peronismo podría poner en tensión al votante radical, sobre todo por los lazos simbólicos construidos en torno a la educación pública y los recursos manejados en las universidades públicas por Franja Morada, repitiendo la crisis impulsada por Ricardo López Murphy en el gobierno de Fernando De la Rúa. En los tres esquemas posibles el gobierno aparece conminado a combinar medidas gubernamentales con una discursividad capaz de polarizar con Milei, sin dejar de escuchar al mensajero al que hizo referencia, 21 siglos atrás, Plutarco de Queronea.