El rechazo de Javier Milei al impacto del calentamiento global puede tener consecuencias en la economía del país si llega a la Presidencia. En diálogo con El Destape, el viceministro de Ambiente de la Nación, Sergio Federovisky, desarmó el plan del libertario que sigue los pasos de Bolsonaro y Trump.
El Estado negacionista del cambio climático que plantea Javier Milei tiene como resultado políticas anti-ambientales, recortes en las agencias fiscalizadoras y vía libre para la deforestación, agronegocio y extraccionismo salvaje. Un ejemplo es la gestión de Jair Bolsonaro, el expresidente de Brasil que ablandó la legislación ambiental y permitió el avance del agronegocio y la minería. También el de Donald Trump en Estados Unidos, que negó el impacto del calentamiento global sobre la economía de la Unión Americana, en torno a un 10 % de perdidas, el doble que provocó la Gran Depresión de la década de 1930.
En Argentina, el posicionamiento de Javier Milei en las elecciones 2023 alertó a la sociedad entera por estas posturas negacionistas respecto al cambio climático y por el impacto que esto puede conllevar para el medio ambiente y la economía del país. Comparado con Bolsonaro y Trump, Milei encarna una ultraderecha que promovió en América un Estado negacionista en materia ambiental que generó, por ejemplo, la deforestación más grande en 12 años con 11.088 kilómetros cuadrados de bosques fueron talados en 2020 en el país brasileño.
“El calentamiento global es otra de las mentiras del socialismo. Hace 10 o 15 años se discutía que el planeta se iba a congelar. Ahora discuten que se calienta, aquellos que conozcan cómo se hacen esas simulaciones van a ver que las funciones están sobresaturadas en determinados parámetros a propósito para generar miedo”, aseguraba en una entrevista por Twitch.
Lo cierto es que el posible escenario del país ante un eventual gobierno de la ultraderecha encarnada en Milei es de alto riesgo y fue advertido por el viceministro de Ambiente de la Nación, Sergio Federovisky, en diálogo con El Destape. El biólogo advirtió que el discurso del candidato liberal “no consiste en una provocación intelectual sino de una necedad absoluta que es refutada por pruebas científicas” pero que “defiende algunos intereses vinculados a aquellas empresas que contaminan el planeta”. Además, alertó que sus políticas no sólo provocarán más devastación ambiental sino también condicionará la economía nacional. En este marco, planteó: “¿alguien que no cree en el cambio climático va a invertir en prevención y detección temprana de incendios forestales; o en acciones de adaptación que tiene que llevar adelante la política agropecuaria para enfrentar futuras sequías?”.
Federovisky detalló que el discurso de Milei se puede leer desde al menos tres lugares. Según el funcionario, el primero es la reflexión respecto de que no se trata de una provocación intelectual, sino de un rasgo de necedad absoluta” ya que “no hay nadie hoy en su sano juicio que pueda refutar todas las advertencias y todas las pruebas científicas que comprueban que efectivamente la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera como resultado de una economía basada en la quema de combustible fósiles que da como resultado el aumento de la temperatura del Planeta y luego las consecuencias que eso provoca”.
En una segunda lectura, planteó que “podría ser que Milei detrás de esa insensatez esté defendiendo algunos intereses, con los cuales claramente estoy en contra”. Federovisky afirmó que, en este sentido, es interesante destacar que “ entre 1988 y 2015, sin que a partir de 2015 eso se haya modificado, el 70% de los gases de efecto invernadero que se acumula en la atmósfera son responsabilidades de 100 empresas en todo el mundo”. Enfatizó que “son cien empresas las que contaminan el planeta y ponen de rehenes a 7,000 millones de personas”, algunas de las cuales “probablemente Milei esté defendiendo”.
“Defiende ‘la libertad’ de que estas empresas siguen externalizando sus costos contaminando el planeta y ganando fortunas a través de esa externalización de costos”, disparó.
En este sentido, el funcionario analizó sobre las derivaciones política y de gestión que puede tener un pensamiento de esas características en un eventual gobierno y dio dos ejemplos relacionados a los incendios forestales y las sequías que afectaron en los últimos años todo el territorio nacional. “En Argentina tenemos como en el resto del mundo, una altísima incidencia de incendios forestales derivados del cambio climático. Nosotros en cuatro años de gestión hemos fortalecido el Plan Nacional de Manejo del Fuego como nunca antes en la historia y aún así las dificultades persisten”, detalló y entonces cuestionó: “¿Alguien que no cree en el cambio climático va a invertir en prevención y detección temprana de incendios forestales?”.
Mientras que respecto al impacto de las sequías en el país, detalló que “la Argentina perdió en el último año más de 20.000 millones de dólares como resultado de la baja de exportaciones producto de la sequía”. En este sentido, remarcó que “está demostrado que esta sequía y las sucesivas son consecuencia directa del cambio climático”, por lo tanto se preguntó: “Quien cuestiona el cambio climático, ¿qué posición va a tener en cuanto a la adaptación que tiene que llevar adelante la política agropecuaria para enfrentar futuras sequías que seguramente van a ocurrir? ¿o Milei va a tener el tupé de decir que la sequía no existe también no hay que todo el marxismo?”.
En este marco, hizo hincapié sobre el impacto de las sequías en la economía nacional y cómo se profundizará si no existen políticas ambientales y de control. Recordó que los científicos vienen alertando que “una de las consecuencias más claras del cambio climático es la agudización de los extremos, es decir que eventos que siempre existieron aparecen ahora más violentos y más frecuentes”, por lo tanto “si esta sequía que duró prácticamente cuatro años va a reproducirse en el futuro con incluso mayor severidad”. Ante este, enfatizó que, justamente, “necesitamos tener una seria discusión para acomodar y amoldar la actividad productiva de tal manera de que las próximas sequías no dejen un agujero de 20.000 millones de dólares que daña absolutamente la economía”.
Por lo tanto, insistió que “si alguien no cree en el cambio climático por qué va a abordar esa cuestión, porque negar el cambio climático no es un dato inocuo, es precisamente favorecer a quienes han llevado adelante mecanismos y sistemas de producción que dañan el ambiente porque socializan los costos y privatizan las ganancias”. Y ejemplificó cuales son los costos ambientales socializados: contaminación, basurales a cielo abierto, acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, pasivos ambientales luego de intervenciones “que no son explotación de los recursos naturales, sino saqueos”.
El funcionario alertó que estos fenómenos de deterioro ambiental y social se verán incrementados si asume un Estado que no contempla la variable ambiental argumentando en favor de cierta libertad empresaria. “De esa manera se va a permitir que los costos los pague la sociedad y que los privados solamente se lleven la parte de la ganancia del negocio”, agregó y remarcó: “Solo el Estado pueda realizar la tarea de control y fiscalización para garantizar que el modelo de producción contemple la variable ambiental”.
Milei, el Bolsonaro o Trump de la Argentina
En esta línea, el viceministro de Medio Ambiente comparó a Milei con Bolsonaro y Trump a quienes definió como “negacionistas del cambio climático sin soporte técnico o académico que lo sustente” y advirtió que “no casualmente son exponentes de una derecha reaccionaria muy dura, misógina y homofóbica que parece que se identifica también Milei en cuanto a la negación del cambio climático”.
“Hoy quien niega el cambio climático no es un provocador intelectual que desafía el status quo sino que es un necio pero no gratuitamente. No es casual, no es lúdica ni es excéntrica sino que apunta a defender intereses concentrados que se benefician de mantener los modelos de obtención de energía a través de quema de combustibles fósiles, el lobby del petróleo que internacionalmente es muy potente. Por lo tanto el resultado de llevar a la política cotidiana el negacionismo del cambio climático no es precisamente favorable a la población que es la que padece las consecuencias del cambio climático”, remarcó.
En esta sintonía, el viceministro enfatizó que “reconocer o no reconocer la existencia del cambio climático no es apenas un ejercicio intelectual sino que tiene derivaciones concretas” y en este sentido enfatizó que “la Argentina está desarrollando y tiene que profundizar una agenda en relación al cambio climático cuya prioridad es la adaptación”. El funcionario explicó que este tipo de políticas tiene que ver con “reducir la vulnerabilidad social productiva de la población ante los embates de las consecuencias del cambio climático como inundaciones, sequías, incendios forestales, olas de calor y olas de frío”.
“Necesitamos políticas de Estado persistentes que favorezcan una mejora de adaptación a ese escenario que ya está presente entre nosotros. Si alguien niega el cambio climático, que insisto no es un ejercicio intelectual, va a estar negando la posibilidad de que la población pueda enfrentar con algún grado de éxito esos desastres naturales que te sobrevienen cada vez con mayor violencia”, alertó.
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