Para mantener viva la memoria de las víctimas de desapariciones forzadas, y en el marco de las actividades por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, la Cámara de Diputados, a través del Observatorio de Derechos Humanos, Género y Diversidad, desplegó una jornada de sensibilización en la emblemática Plaza 25 de Mayo. La iniciativa, llamada “Sillas Vacías”, tuvo como objetivo interpelar a las personas que transitan por el espacio público, para tener en mente la importancia de recordar y reconocer la historia de aquellos que ya no están presentes físicamente.
Las “Sillas Vacías”, el nombre escogido para esta jornada de reflexión, se convirtieron en símbolos poderosos de las ausencias que dejaron las personas detenidas desaparecidas en nuestra provincia. En la exposición, cada silla estaba acompañada por una fotografía y la historia de vida de las personas nacidas en Catamarca cuyos destinos quedaron truncados por la brutalidad de las desapariciones forzadas durante la última dictadura cívico-militar. Las y los transeúntes tuvieron la oportunidad de acercarse y conocer las historias de quienes ya no pueden compartir sus propias voces.
La directora del Observatorio, Rocío Bulla, destacó la importancia que tiene poder transmitir, en un diálogo cara a cara, “esta parte de la historia que hay que conocer y no debe olvidarse”. Es importante tener presente a quienes fueron víctimas de las desapariciones forzadas porque, como tratamos de simbolizarlo hoy, son las sillas vacías que tenemos en teatros, cines y escuelas”. Además, comentó que en la exposición hubo un código QR que permitía a las y los interesados descargar un archivo con todas las historias de las personas detenidas desaparecidas de la provincia. Esta innovadora forma de acceso a la información permitió a quienes desearan profundizar aún más en los relatos tener la oportunidad de hacerlo.
La jornada “Sillas Vacías” no solo cumplió con la función de mantener viva la memoria de las víctimas sino que también puso en relieve la importancia de reconocer la historia y la lucha por los derechos humanos. En un mundo en el que las sillas permanecen vacías, es nuestro deber llenarlas con la voz de la verdad y la justicia.