Como cada año, el Ministerio de Salud de la Provincia adhiere al Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos, que se celebra el 29 de septiembre, este año bajo el lema “Reducir la pérdida y desperdicio alimentario: actuar para transformar los sistemas alimentarios”.
El objetivo de celebrar este díaes brindar una oportunidad para hacer un llamamiento al sector público y privado con el fin de establecer prioridades y avanzar con la innovación para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en pro de sistemas alimentarios más sostenibles.
En este contexto, el equipo de la Dirección de Enfermedades Crónicas No Transmisibles llevó a cabo diferentes acciones de concientización. En la escuela de Icaño se trabajó con el personal encargado de la cocina, “dónde pudimos abordar las causas más comunes de desperdicios de alimentos y cómo reducirlas al máximo, el personal se mostró muy predispuesto y organizado en su planificación semanal de menús, la frecuencia de compras, el equipamiento con el que cuentan y las porciones que manejan”, explicó la referente del Programa de Alimentación Saludable y Prevención de la Obesidad, Patricia Perricone.
Además, Perricone señaló que “se trabajó en el CAPS de la Cruz Negra donde se brindó información a los presentes sobre las cifras alarmantes de desperdicio alimentario a nivel mundial y sus consecuencias; en esta oportunidad también se dio tips para prevenir y controlar el desperdicio en los hogares y se entregó folletería relacionada al tema”.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado es importante resaltar que cuando se pierden o desperdician alimentos, todos los recursos que se utilizaron para su producción -como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital- se desaprovechan.
Además, la eliminación de los alimentos perdidos o desperdiciados en vertederos genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que contribuye al cambio climático.
A escala mundial se pierden o desperdician a diario toneladas de alimentos comestibles; solo entre la cosecha y el nivel minorista se pierde cerca del 14 por ciento del total de alimentos producidos en todo el mundo. También es importante mencionar que se desperdician enormes cantidades de alimentos en el plano minorista o del consumidor.
Al respecto la referente del Programa de Alimentación Saludable y Prevención de la Obesidad, Patricia Perricone dio algunos consejos, “depende de nosotros cambiar nuestras costumbres para que no desperdiciar alimentos se convierta en un modo de vida”.
– Adoptar una dieta más saludable y sostenible.
– Comprar solo lo que necesita: planificar las comidas y comprar sólo lo necesario.
– Elegir frutas y hortalizas feas: generalmente se tiran frutas y hortalizas magulladas o con formas extrañas porque incumplen las normas cosméticas arbitrarias, sin embargo el sabor es el mismo.
– Almacenar los alimentos con sensatez: tener a la vista los alimentos más antiguos, mientras que los comprados recientemente dejarlos atrás. Utilizar contenedores herméticos para mantener frescos en la heladera los alimentos abiertos y asegurarse de cerrar los paquetes para que no entren insectos.
– Comprenda el etiquetado de los alimentos: hay diferencia entre las fechas de “consumo preferente” y “caducidad”, y a veces los alimentos siguen siendo inocuos para el consumo pasada la fecha de “consumo preferente”, mientras que la fecha de “caducidad” indica el momento en que el consumo deja de ser inocuo o seguro.
– Empiece por lo pequeño y valore las sobras: si no se come todo lo que se prepara, es recomendable congelar para más adelante o utilice las sobras como ingrediente de otra comida.