Posted by En medio de un debate, los legisladores de ultraderecha apuntaron contra Gerardo Pisarello, integrante del partido Sumar. Fue calificado peyorativamente como “sudaca, tucumano, cobarde, traidor y corrupto”.
El partido español de ultraderecha VOX protagonizó un episodios de discriminación y xenofobia: un diputado nacido en Argentina recibió agravios por parte de miembros del partido, quienes utilizaron las palabras “tucumano” y “sudaca” como insulto.
Gerardo Pisarello es argentino, pero está radicado hace años en España y es integrante del partido Sumar. En el debate por la Ley de Amnistía en el parlamento español, que busca el perdón para quienes participaron del proceso independentista de Catalunya, Pisarello apuntó contra las “derechas fanatizadas capaces de encumbrar a personajes desquiciados como Milei, a una admiradora de Mussolini como Meloni e incluso a un criminal como Netanyahu con los cadáveres de los niños y las niñas de Rafah aún calientes…”.
Quien siguió en el uso de la palabra fue Santiago Abascal, titular del partido VOX. “Como alguno que ha subido antes que yo a la tribuna que ya arrancó la bandera de España de un ayuntamiento y que odia profundamente a España“, dijo el líder de la ultraderecha en referencia a Pisarello.
Tras el señalamiento de Abascal, legisladores del partido comenzaron a llamar al argentino como “sudaca, tucumano, cobarde, traidor y corrupto”.
Pisarello, quien estudió abogacía y se radicó en España en 1995, habló con la prensa luego de los hechos discriminatorios y señaló: : “Una mezcla de rabia y de impotencia de constatar que hay en el Congreso una ultraderecha que quiere repartir carnets de españolidad”.
Mientras siguen las repercusiones y las tensiones diplomáticas entre Argentina y España, Javier Milei arribó este viernes a Italia para incorporarse a la cumbre del G7.
En la primera jornada de la Cumbre, los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y Francia, Emmanuel Macron, así como los primeros ministros de Canadá, (Justin Trudeau), Reino Unido (Rishi Sunak), Japón (Fumio Kishida) y Alemania (Olaf Scholz) junto a la anfitriona, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, resolvieron utilizar los intereses generados por los 300.000 millones de euros en fondos de Rusia, bloqueados por los aliados desde la invasión, como garantía para otorgar un amplio crédito a Kiev.
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