Por Víctor Peña y Mónica Campos
La violencia de género y la falta de oportunidades obliga a las mujeres trans de Centroamérica y México a migrar. Las protagonistas de esta historia, Sasha, Ana Andrea, Tanya y Rachel, vivieron en sus países vulneraciones que las empujaron a huir para salvarse.
Ellas son parte de unas cifras estremecedoras: entre el 1 de octubre de 2019 y el 20 de septiembre de 2020 fueron asesinadas 350 personas transgénero en todo el mundo, el 98 % de las víctimas fueron mujeres y el 82 % de los casos sucedieron en Centroamérica, según datos del Proyecto de Monitoreo de Homicidios de Personas Transgénero realizado por Transrespect vs Transphobia.
Ante esta realidad, las mujeres trans no solo huyen sino también se organizan y crean sus propias formas de resistir y acuerparse. Ana Andrea Molina es prueba de ello. Siendo indocumentada, creó el refugio para migrantes LGBTIQ+ Casa Anandrea. En el lugar, además dan asistencia jurídica a las mujeres para que puedan salir de los centros de detención luego de cruzar la frontera sur de Estados Unidos.
Sasha, Rachel y Tanya han estado ahí y cuentan su historia alrededor del trabajo de la organización que le acercó a una nueva oportunidad de vida.