Daniel Funes de Rioja le bajó el tono a la discusión y en un acto con Sergio Massa sostuvo que no comparten la decisión pero que la respetarán.
La Unión Industrial Argentina otorgará a sus trabajadores los dos bonos extraordinarios de $30.000 que dispuso el Gobierno. Pese al malestar que generó la medida en el mundo empresario, el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, reconoció que la entidad fabril “protesta pero paga”. Lo hizo en la celebración del día de la Industria que se llevó adelante en Entre Ríos y que contó con la presencia del ministro de Economía, Sergio Massa. Hubo cruces por los controles de precios, el reclamo por las paritarias y los pedidos del sector para después del 10 de diciembre.
La avanzada del Gobierno que procura preservar a los asalariados de los efectos de la devaluación se encontró rápidamente con palos en la rueda. De propios y ajenos. Entre los primeros un grupo de gobernadores e intendentes oficialistas que por ahora no se expresan o que abiertamente rechazan la medida. Entre los segundos distintas cámaras empresariales que acompasadamente salieron a impugnar el bono bajo la idea de que toda recomposición debe darse en la discusión paritaria.
El fuego cruzado lo desencadenó el bono absorbible por futuras paritarias de $60.000, unos 80 u$s al CCL, el tipo de cambio que el CEO de una multinacional le dijo a Ámbito que utiliza para calcular las ganancias anuales. Según el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) para las medianas y grandes empresas en su conjunto la medida demandará unos $218.000 millones lo que “equivale al 1,2% de las transferencias de ingresos del trabajo al capital de los últimos años”.
En el Gobierno tienen la sensación de que la disputa pasa por otro lado. Identifican una puja de poder, en un momento de incertidumbre, dónde todo está en discusión. El siempre diplomático Funes de Rioja compartió con Massa el día de la industria en Entre Ríos y le bajó un cambio a la confrontación: “Los que miraban Titanes en el ring piensan que las diferencias significan enfrentamientos pero nuestra vocación es el de encontrar el camino de la industria”, dijo.
Al mismo tiempo, rechazó la idea de rebelión que algunos referentes empresariales promovieron en las últimas horas: “No compartimos la suma fija, pero la UIA la respeta porque creemos en el orden de la ley”, sostuvo, aunque reafirmó que “el camino para las discusiones salariales son los acuerdos paritarios”.
Massa y Funes de Rioja son interlocutores habituales. Es que el abogado laboralista también representa a las grandes empresas alìmenticias nucleadas en la COPAL, que pese a la resistencia a sumarse a Precios Justos, de a poco van desfilando por la Secretaría de Comercio para formalizar su adhesión al plan oficial que pretende poner un tope del 5% a los incrementos en los rubros más sensibles para el bolsillo de los consumidores.
Precios y salarios son las dos variables que el Gobierno monitorea a solo siete semanas de las elecciones generales. Pese al congelamiento de precios de algunos rubros como el transporte y la medicina privada, las consultoras estiman un alto traslado de la devaluación a precios y ven llegar una inflación mensual de dos dígitos para agosto o septiembre. En el Ministerio de Trabajo calculan que el bono de $30.000 impulsará hasta un 10% en promedio los salarios de menos de $400.000, aunque a esta altura nadie puede garantizar que alcance para compensar el nuevo salto inflacionario.
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