En los últimos diez años, la organización centenaria quintuplicó la cantidad de miembros en el país y logró bajar la edad de sus miembros. “Hay masones dentro del ámbito de la vida pública: en los gobiernos nacional, provinciales, municipales”, aseguran.
En el imaginario popular se considera a los Masones como una organización vinculada a una red secreta que, desde hace cientos de años, maneja los hilos del poder entre las sombras, secretos y con rituales que glorifican su vínculo con algo más allá de lo terrenal. Si bien pocos de sus miembros son conocidos, el mismo San Martín fue un conocido masón, en la última década esta institución (vetusta para muchos) quintuplicó la cantidad de miembros en el país y logró bajar la edad de sus miembros. Los masones están, se podría decir, más jóvenes, tecnológicos y vivos que nunca.
Actualmente, registran cerca de 12.000 miembros, aunque no hay un número exacto por la constante admisión y retiros del organismo. Además, se informó la apertura tecnológica de su sede central, el Palacio Cangallo, que se puede visitar de forma virtual en una plataforma que creó el gemelo digital del edificio ubicado en calle Perón 1242, Capital Federal.
“Que haya más gente tiene que ver con el hecho de abrir las puertas y demostrar que no hay nada que esconder, de explicar que acá se habla con tolerancia y con libertad”, explicó a El Destape Diego Comba, Gran Secretario de Comunicación de Masonería Argentina. Comba vinculó el crecimiento latente de la organización con el momento político particular que está atravesando el país. “Hay muchas instituciones en crisis, tenés partidos políticos en crisis, clubes de barrio, organismos, y este lugar resultó un espacio que se ve con buena estima, sobre todo porque la verdad y la tolerancia llama la atención en los pibes”, reflexionó.
El origen de la simbología de los masones y cómo ser parte
Comban aseguró que en la logia de masones “no ocurre nada raro, el método de trabajo está vinculado con el método de enseñanza de los obreros de la construcción, por eso, los símbolos están muy vinculados, como la escuadra y el compás que se pueden ver en su simbología”.
En esa línea, destacó que el haber quintuplicado la matrícula hace que se trabaje con muchísimos pibes, por eso “lo tecnológico es un desafío, sobre todo, traer a pibes que no pueden estar 40 minutos o una hora sin ver el celular”, y recordó que los Masones ofrecen es “un ámbito de debate, donde se pueda dialogar con respecto sobre cualquier idea, un lugar que te recibe y te da una enseñanza moral y filosófica. Pero también hay tecnología y a partir de la pandemia muchos procesos masones se acercaron a ella como nunca antes.
“Esta es una organización que también se nutre de sus miembros, no es que vos entras solamente a aprender cosas, sino que se entra a enseñar lo que uno sabe y se espera que el resto también trabaje con eso. No es unidireccional”, remarcó.
Para formar parte, la página oficial tiene una primera presentación donde piden algunos datos en concreto. La otra opción es conocer algún masón que presente la solicitud. En cuanto al pago mensual, depende de distintas condiciones del solicitante, por ejemplo, si es estudiante, o menor de 25, pero en general, indicó Comba, el precio es de entre $5.000 y $6.000 pesos por mes.
“No es tan complicado ser un Mason, básicamente tenés que cumplir algunos requisitos; como tener más de 18 años, no tener antecedentes con la ley, poder mantenerse por sí mismo, porque esta institución se mantiene únicamente con el aporte de los miembros. Cada uno de nosotros en todo el país pagamos una cuota mensual, y después hay un proceso doble, en el que vos querés entrar y la logia te tiene que querer admitir”, explica.
Sobre los integrantes, aceptó que “hay masones dentro del ámbito de la vida pública: en los gobiernos nacional, provinciales, municipales, como hay en ámbitos académicos, empresariales o comerciales”, pero advierte que “no se busca específicamente vinculación, por ejemplo, del presidente y porque es presidente se lo hace masón. En las logias son todos iguales, no importa tu estatus, tu jerarquía, tu ingreso económico, tu condición social”.
La historia de los masones
La masonería surgió en el norte de Italia, cuando los albañiles y arquitectos empezaron a compartir sus conocimientos. Por eso, los integrantes tenían acceso secreto a los planos de los edificios imponentes de Europa, aunque debían mantenerlo en secreto. Pero los masones no se quedaron ahí.Los estratos de poder crecieron y, en Argentina, se pueden encontrar hasta presidentes, como Rivadavia, Pellegrini, Quintana, Justo José de Urquiza, Figueroa Alcorta, Victorino de la Plaza, Roque Sáenz Peña e Hipólito Yrigoyen.
Ante la necesidad de volver a ser un organismo palpitante, los directivos están probando ahora con la apertura tecnológica para motivar a los jóvenes a acercarse. Esto va de la mano con su actual Gran Maestre, Pablo Lázaro, quien es ingeniero informático y especialista en cibercrimen y ciberseguridad. “Nosotros queremos mostrar que no tenemos nada que esconder, sino todo lo contrario, hay un montón de cosas que se pueden dar a la sociedad”, explicó Comba.
Al respecto, detalló que “a través de Google Street View se puede visitar la sede e ingresar y recorrer de forma virtual todo el templo, áreas como la Gran Maestría, la Gran Secretaría, parte de los Museos de Medallas y donde está el sable corvo del General San Martín”.
Argentina y la masonería
“Hay muchas definiciones sobre la masonería. Nosotros lo definimos como una organización filantrópica, filosófica, laica y progresistas”, explicó Comba, quien la clasificó como “una escuela de pensamiento, una escuela de formación moral a través de símbolos, alegorías y rituales”.
Comba considera que los masones se dirigen en todo momento a una enseñanza moral, y define que es “un perfeccionamiento de cada uno de los miembros, de los individuos que la conforman”. En el país, la conformación de la Masonería Argentina como la conocemos hoy es del 1800. De hecho, los masones afirman que, por ejemplo, en la Primera Junta todos, menos Miguel de Azcuénaga, eran masones. Tanto San Martín como Belgrano, fueron masones.
“Para nosotros San Martín es el Gran Iniciado, esto tiene que ver con que para formar una Gran Logia necesitas logias que la conformen, no es que viene alguien y dice ‘bueno, a partir de hoy esto es Gran Logia, vengan a afiliarse’, ya tiene que haber logias que trabajen de manera orgánica y avaladas por otras grandes logias”, detalla Comba. Por ejemplo, la Lógica Independencia tenía autorización para trabajar de la Gran Logia Generales de Francia.
En cuanto a la actualidad política, Comban dice que están en un momento de incertidumbre. “No sabemos qué va a pasar, pero se trabaja fuertemente sobre el método de la masonería, que se avoca mucho sobre la tolerancia, el respeto del otro siempre y cuando no sean personas de pensamientos totalitarios o dogmáticos y que no estén capacitadas para cambiar de opinión o para poder discutir con tolerancia y con respeto”, enfatiza de forma lapidaria.
La experiencia virtual
Esta es la primera Gran Logia del mundo que abre sus puertas de manera digital. Esta tecnología está en el Museo del Louvre, por ejemplo. Jorge Amoreo Casotti, CEO & Founder en Proptech Pint, explicó que su empresa brinda el servicio a través plataforma inmobiliaria virtual, lo cual marca un cambio de paradigma en la visualización de los espacios desde el 2018.
Con respecto a la oportunidad de trabajar con los masones, relató que conocían al Gran Maestre, Pablo Lázaro, del mundo tecnológico, y por eso le ofrecieron aplicar su plataforma al edificio de la logia. “Se pensó como un poco abrir el juego de toda la cuestión misteriosa que tiene la masonería, por eso se acompaña con una investigación histórica del sitio y se subió Google”, destaca y agrega que fue una experiencia increíble para su empresa.
Como se afirmó, los miembros crecieron y en su mayoría son jóvenes que ven el mundo de la masonería como una respuesta a la búsqueda de un espacio con mística y misterios, pero con la intención de adaptarse a este mundo que cada vez es más virtual. La puerta está abierta como nunca antes, y por el costo de una membresía a un gimnasio barrial se puede formar parte del espacio al que pertenecía San Martín e Hirigoyen, y embeberse de un mundo antiguo y misterioso que promete no defraudar las expectativas.
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