Javier Milei busca la manera de no quedar condicionado por Mauricio Macri y se resiste a entregarle los lugares clave de poder, mientras negocia aparte con Patricia Bullrich su posible desembarco en Seguridad. La presidencia de la Cámara de Diputados que pretendía Cristian Ritondo podría quedar para Florencio Randazzo, con el objetivo de sumar apoyos desde el peronismo. En tanto, quien más suena para el ministerio de Economía es Luis “Toto” Caputo, ex presidente del Banco Central.
Javier Milei no quiere quedar condicionado por Mauricio Macri y evita darle los lugares clave que le reclama. Ni el ministerio de Justicia, ni YPF, ni -aparentemente- la presidencia de la Cámara de Diputados quedaría en manos de quien deseaba el ex presidente. Milei prefiere negociar con Patricia Bullrich -a quien ve menos peligrosa porque no tiene el poder de Macri-, que finalmente podría recalar en el ministerio de Defensa y Seguridad, originalmente destinado para la vicepresidenta Victoria Villarruel, otra relegada. Al frente de la Cámara baja podría quedar Florencio Randazzo para dolor de Cristian Ritondo, que amaga con armar un bloque de diputados propio, ajeno al de La Libertad Avanza. Milei trata de armar un esquema de gobernabilidad para llevar adelante el drástico plan de ajuste que tiene en mente al mismo tiempo que no quiere aparecer maniatado por Macri, una jugada difícil. Con todo, la posible llegada del inefable Luis “Toto” Caputo a Economía seguro será recibida con alegría por el ex presidente.
La situación tiene inquietos a varios dirigentes que creyeron que resultaría mucho más sencillo ganarse un lugar en el entorno del presidente electo, dada la escasa estructura de La Libertad Avanza y los muchos casilleros a llenar en el esquema de poder. Sin embargo, pese al agradecimiento público que no deja de expresar por el apoyo “desinteresado” que Macri y Bullrich le dieron para que ganara el balotaje, hasta ahora resistió ante las presiones del ex presidente. A través de sus medios amigos, Macri había dejado trascender que deseaba que Germán Garavano quedara a cargo de Justicia, puesto que ya ocupó durante su gobierno. Al ex presidente le interesa seguir de cerca la marcha de la causas en su contra, atento a que recalen en juzgados amigos.
Pero Milei, en su primera entrevista, se preocupó en confirmar en ese lugar al mediático abogado Mariano Cúneo Libarona, también salido de la factoría de la Corporación América que comanda Eduardo Eurnekian, igual que el futuro jefe de Gabinete Nicolás Posse. El ministro del Interior, Guillermo Francos, tal vez el único de extensa trayectoria política, también acredita un paso por el grupo empresario, hasta el momento el mayor semillero del nuevo elenco. Macri podría tener un premio consuelo porque no se descartaba la posibilidad de que Garavano quedara finalmente como segundo de Cuneo Libarona. Sin mando, pero con acceso a información de primera mano.
La empresa YPF, que Milei promete privatizar, era otro de los lugares que Macri pretendía, ahí ya en un esquema de negocios. Los desarrollos de recursos no convencionales de Vaca Muerta y la participación en la producción de litio convierten a la petrolera en la gran “joya de la abuela” del Estado argentino, que el ex presidente imaginaba podía tener bajo control. El ex ministro y saliente intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, era su elegido. Milei se desmarcó y nombró a un ex CEO del área petrolera de Techint, Horacio Marín, un hombre de confianza de Paolo Rocca. Techint fue el principal aportante a la campaña electoral de La Libertad Avanza y rápidamente se aseguró una buena retribución por esa apuesta.
Cristian Ritondo se sumó con entusiasmo a la campaña para el balotaje de Milei. Posó con una motosierra y participó activamente en el armado del esquema de fiscalización del día de la elección. Por la noche, llegó al Hotel Libertador y le dio un gran abrazo al presidente electo apenas terminó de dar el discurso de triunfo. La aspiración de Ritondo era conseguir la presidencia de la Cámara de Diputados, lugar que dice pretender en nombre de Macri. Cuando la cosa parecía encaminada, apareció repentinamente la opción de Florencio Randazzo para el cargo, empujado por Guillermo Francos. Francos entiende que Randazzo -compañero de fórmula presidencial de Juan Schiaretti- le arrimaría el apoyo del peronismo cordobés y, con él, el de otros peronismos del interior. Ubicados en bancas vecinas en la Cámara baja, Randazzo y Milei tienen un buen diálogo.
Ritondo se enojó con la novedad y dejó trascender su intención de armar un bloque de diputados aparte, con lo que la gobernabilidad de la nueva gestión en la Cámara quedaría dañada. La Libertad Avanza cuenta con apenas 38 diputados propios y Ritondo asegura juntar 40 del macrismo. En el entorno de Randazzo aseguraban no haber recibido ninguna propuesta formal, pero adelantaban que sólo aceptaría si asumía como representante del peronismo federal. Es decir, no de forma individual. Ritondo podría tener un premio consuelo recalando en la AFI, la agencia de inteligencia que funciones recortadas hoy se ve poco apetecible. Preferiría quedarse en Diputados.
“Hay una tensión entre Macri y Bullrich por meter gente en el gobierno. Milei prefiere negociar con Patricia porque la cree menos poderosa que a Mauricio”, explicaba un dirigente al tanto de las conversaciones. De esa manera, Bullrich podría quedar al frente de la cartera de Defensa y Seguridad que se había pensado que ocupara Villarruel, la vicepresidenta electa a quien también Milei quiere recortar un poco las alas. De hecho, la transición en esa área la está realizando directamente Posse con el ministro Aníbal Fernández, sin participación de la vice. Villarruel se reunió con Cristina Kirchner para conversar sobre el cambio de mando en el Senado.
De la mano de este acuerdo de Milei con Bullrich podría desembarcar Sebastián García De Luca como vice de Francos en Interior, puesto que ya ocupó en el gobierno macrista. Prueba de esta tensión subterránea fue que ayer Fernando de Andreis -mano derecha de Macri- fue al Hotel Libertador para hablar con Milei y no lo atendió, debió conformarse con charlar con Posse. Los dirigentes del macrismo no lo podían creer. “El tipo está proponiendo un ajuste monumental y sin fortaleza política es imposible. No sabemos si con el PRO adentro lo podrá hacer, pero sin el PRO seguro que no. Sólo con Bullrich y Randazzo no garantiza la gobernabilidad”, sostenían.
Observadores cercanos explicaban que mientras que Macri tiene en la mira los negocios, la mirada de Bullrich está puesta en mantenerse en el poder. En ese sentido, el ex presidente -que viajó a Dubai- seguramente recibió bien la posibilidad de que el ex titular del BCRA y ex secretario de Hacienda “Toto” Caputo sea el próximo ministro de Economía, luego de que se cayera la posibilidad de Federico Sturzenegger por diferencias de mirada con Milei. “Tiene la experiencia necesaria para desarmar la situación que tenemos”, respondió anoche Milei cuando lo consultaron.
Caputo acompañó a Posse en la comunicación que mantuvo con funcionarios del FMI y, se había comentado, ya rechazó un primer ofrecimiento para el ministerio aduciendo “razones personales”. Toto Caputo -el “Messi de las finanzas” que lanzó aquel recordado bono a 100 años- se encuentra trabajando en la ingeniería para rescatar las Leliqs con unos 30 mil millones de dólares que aportarían fondos del exterior, en otro de esos mega negocios financieros en los que es experto.
ElDestapeweb