El cantante catamarqueño Emilio Morales formará parte de la delegación que el próximo domingo viajará a Nápoles en el marco de una gira homenaje que realizarán directivos y cuerpo técnico de Argentinos Juniors, el club donde El 10 hizo sus primeras gambetas.
Allá por 1969, cuando Pelusa aun no era Maradona, Gregorio Carrizo, su amigo y cómplice de aventuras en Villa Fiorito, lo invitó a probarse en Argentinos Juniors. Ingresó en el segundo tiempo del partido, a diez días de cumplir 16 años: “entre y juegue como sabe. Si puede tire un caño”, le dijo el entrenador Juan Carlos Montes, cuando en el entretiempo le avisó que iba a tener su estreno en Primera. A partir de ahí, desde ese caño que realizó en su debut como profesional, el pibe que anotó 111 goles en los 166 partidos del club que lo vió nacer, no paró de triunfar. A inicios de los 80, entró en el top de los traspasos más caros de toda la época, cuando Boca Juniors decidió pagar 1,44 millones de dólares para tener al mejor jugador de toda Argentina. Luego fue el FC Barcelona, más conocido como El Barça, para el que jugó hasta el ’84 y desde allí hasta 1992, la camiseta que hizo suya -o viceversa- fue la del SSC Nápoles, al sur de Italia.
A lo largo de los casi siete años que estuvo en El Napoli, El Diego vistió esa camiseta en 259 encuentros, al cabo de los cuales anotó 115 goles, ganó dos Scudettos (1986/1987 y 1989/1990), una Copa de Italia (1987) y una Supercopa de Italia (1990), además de la Copa UEFA en 1988/1989.
El Napoli
Pelusa ya era Maradona y se identificó totalmente con la realidad napolitana, la tierra de la pizza y la cerveza, pero sobre todo porque lo hacía sentirse en su Argentina natal, pese a que la lengua que se hablaba fuese distinta: “a través del juego de los niños en la calle Diego vivió por primera vez como espectador las escenas de su infancia en un lugar que no era Buenos Aires”, explicó alguna vez Fernando Signorini, quien entonces era su entrenador personal. Durante los días de la semana los ‘dueños’ de esa porción de la Campania, eran los niños de 5 a 12 años que, al igual que Pelusa, en plena calle perseguían la pasión escondida detrás de una pelota. Fue entonces cuando el astro argentino se convirtió en Dios. Esa idolatría fue más allá de lo futbolístico: con El 10, el Napoli se puso a la altura de los poderosos del norte italiano, ese norte que siempre despreció a los humildes trabajadores del sur. Jugador y ciudad se enamoraron a primera vista. Y entonces, el idilio que iba a cambiar el destino de ambos se convirtió en un pasión interminable que sigue y seguirá por el resto de los días.
Por eso, a hace exactamente tres años de la muerte de quien fue para muchos el mejor jugador de fútbol de la historia, una delegación del club que lo descubrió arribará a la ciudad italiana para rendirle un nuevo homenaje . Tras la idea de César Cruz, argentino que llegó a Nápoles de la mano de José Alberti – ex jugador del Napoli – y lleva muchos años viviendo en Italia, un catamarqueño logró captar su atención.
Gracias al talento que hace años viene madurando en los escenarios no solo de Argentina sino del mundo, Emilio Morales, será el artista que participará de los actos conmemorativos para homenajear al astro y estrenará el tema que le compuso. En él, cuenta el sentir del jugador que supo convertirse en un símbolo, no sólo por su juego auténtico y las glorias en el campo, sino por haber llegado a donde las clases bajas nunca podían. Nadie mejor para definirlo que el mismo Diego : “Que me haya ido bien en Nápoles tuvo que ver con que les traje cosas que ellos no tenían. Les traje fútbol pero sobre todo, orgullo”, dijo alguna vez.
La luna a tus pies
La canción denominada “La Luna a tus pies” arenga ese sentimiento. “Me encantó poder pintar en una canción ese mensaje de que… “puedes creer en ti, puedes soñar, que nadie quite esas ganas de volar” y la imagen positiva de Maradona en su lucha desde la pobreza, contra toda la adversidad, logrando la cima del mundo deportivo y dándole alegría a todo el pueblo”, cuenta Emilio, a horas de tomar el vuelo que le mostrará a la “Argentina italiana”, ávida por reencontrar a su ídolo en la canción y el video que también se presentará en Nápoles.
“Comenzamos a charlar con mi amigo César Cruz y me interioricé de muchas cosas que quizás no sabía del Diego. Soy desde siempre un amante del deporte, considero que es una manera de cultivar el cuerpo, la mente y el alma, conteniendo a niños y jóvenes y brindando un espacio de crecimiento sano y con valores. Por eso, estoy cumpliendo un gran sueño , ya no solo como cantor sino como autor y compositor llevando esa canción al mundo”, agregó emocionado.
Del 3 al 11 de diciembre, la voz de Emilio llegará a los oídos de aquella parte del mundo, con la que compartimos la devoción por un ídolo que desde hace tres años partió a jugar a las ligas mayores, pero que vive en cada gambeta y en cada gol que gritamos, ya sea con tonada italiana, argentina o catamarqueña, pero con una pasión genuina que sigue creciendo a ambos lados del océano.